Ciertamente, es interesante oir notícias sobre las futuras fuentes de energía. El petroleo se acaba, o mejor dicho, se acabará en unos años.
Demostrado el enorme coste de la energía fotovoltaica, el bajo nivel de producción eléctrica de las centrales oólicas (aunque mejor que la fotovoltaica), el nulo empuje de tecnologías que se suponen emergentes como geotérmica o biomasa... parece que el tema de la futura producción energética esté atorado. Esto nos hace pensar en la energía nuclear de fisión como parche temporal, que nos hace temblar desde la conciencia a los pies.
El embrionario estado actual de la prometedora fusión del hidrógeno presenta muchos problemas. Entre ellos, el combustible a utilizar. Parece ser que el Helio 3 solventa algo este problema... pero en la tierra hay muy poco. En la Luna hay mucho más, según revelaron finalmente los estudiosos de las rocas portadas desde la Luna (resulta paradógico el hecho de que los viajeros de la Luna, allá por la década de los 60 - 70 trajeran consigo rocas con ese isótopo y nadie se diera cuenta hasta unos 15 años después de traer la mercancía).
Desviado el Helio 3 por el campo terrestre, pero inyectado en la superfície lunar durante millones de años, hace de la Luna una nueva mina que podría ser apetecible para abastecer nuestra brutal demanda energética.
Mandaremos cohetes a la Luna para traer toneladas de regolito? Destrozaremos el satélite a nuestro antojo? Montaremos minas lunares automatizadas en el futuro?
Parece ciertamente inviable, pero todas las posibilidades energéticas deben tenerse en cuenta, sobre todo, leyendo por la web que la carga de ese material que puede transportar un tráiler puede abastecer de energía a un país grande como EE UU durante un año y parece que nuestro satélite cuenta con un millón de toneladas...
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