Michio Kaku: Hiperespacio

Voy a repetir en este blog lo que podeis encontrar en mi web:
http://cosmosabs.googlepages.com/hiperespacio
el motivo es que actualmente la web gratuita de Google no la actualizo desde hace tiempo, ya que encuentro más cómodo postear algo en este blog, también de Goggle, así que todo queda en familia.


Unos preliminares sobre este interesante libro del popular divulgador Michio Kaku "Hiperespacio" editorial Crítica Drakontos bolsillo.

En el capítulo "Matemáticos y visionarios" , M. Kaku nos adentra en la tortuosa vida de Georg Bernhard Riemann, a partir de ahora, Riemann. Es curioso que un personaje extraordinariamente tímido y huraño, hiciese reventar los cimientos de la geometría Euclidiana en una conferencia sobre “fundamentos de la geometría”, lugar donde se supone que uno expresa sus dotes de orador.

Se nos muestra la profundidad e importancia de las ideas de Riemann, que extendió matemáticamente el número de dimensiones espaciales para explicar las diversas fuerzas de universo. Utilizando el concepto de campo, llegó a desarrollar el tensor de Riemann. Aun con graves problemas de salud, este matemático salía adelante, plantando los cimientos matemáticos del Hiperespacio, tema principal del libro. Einstein y Maxwell serían los futuros científicos que aprovecharían la potencia del trabajo de Riemann.

Seguramente os llegará a la mente ciertas películas o libros de ciencia-ficción si hablamos de agujeros de gusano. Esa posibilidad siempre atrayente de comunicarnos de forma instantánea con otros mundos... otros universos. Riemann fue el primero en introducir este concepto y en el libro queda bien explicado.

Hasta el final del capítulo, se hace un recorrido por ese nuevo mundo fantasmal o milagroso, si incorporáramos más dimensiones espaciales en nuestra vida, vale la pena leerlo.


Se podría resumir el capítulo "el hombre que vió la cuarta dimensión". Una de las formas mas usadas para entender la cuarta dimensión es imaginar que nosotros, seres tridimensionales todopoderosos contemplamos un mundo bidimensional, donde figuras geométricas planas hacen su vida cotidiana. Podemos imaginar que desde nuestra perspectiva introducimos el dedo al plano bidimensional “Planilandia” y sus seres huirían pasmados al ver como aparece de la nada una serie de círculos, secciones de nuestro dedo, que desaparecen al sacarlo de ese limitado espacio.

Imaginar que existen mas dimensiones y como interferirían en nuestro mundo tridimensional, como si fuéramos habitantes de planilandia, ha sido objeto de estudiosos a la largo de la historia. H. G. Wells contribuyó a la popularización de la cuarta dimensión con sus obras “el hombre invisible” , “la historia de Plattner” o “la máquina del tiempo” (no olvidemos que el tiempo, a partir de las teorías de Einstein, todos deberíamos considerarlo como una dimensión más). Sin embargo, hubo un hombre que dedicó grandes esfuerzos a popularizar y visualizar la cuarta dimensión: Charles Hinton.

Hinton se dio cuenta que puede haber como mínimo tres formas de acercarnos a la cuarta dimensión:

. Examinando sombras. Imaginemos que proyectamos la sombra de un cubo tridimensional a un plano como “Planilandia”. Sus habitantes pueden imaginar el cubo tridimensional observando sus sombras, aunque no lo puedan ver. Nosotros podríamos imaginar un cubo u otra figura tetradimensional observando sus sombras en tres dimensiones.

. Examinando despliegues. Imaginemos que desplegamos un cubo como lo hacíamos con recortables en el cole. El despliegue es bidimensional. Un cubo de cuatro dimensiones también tendría que poderse desplegar y así es. Es una figura tridimensional, el llamado tesseract .

. Examinando secciones. Imaginemos las formas irregulares que producía mi dedo tal y como he explicado al principio en un país bidimensional. Se supone que la incursión de una figura de cuatro dimensiones en la nuestra, produciría una serie de formas tridimensionales variables que incluso nos parecerían salir de la nada.

Bueno, y esto de la cuarta dimensión realmente existe, se puede ver, se puede vivir, experimentar o solo es palabrería? Lo que he deducido leyendo este libro de Michio Kaku es que realmente existe, pero no podemos medirla por pequeña. Exageradamente pequeña para que podamos contactar con ella, aunque se recurre a la cuarta dimensión o mas de ellas para explicar fenómenos de la naturaleza y no precisamente ocultos no, hechos cotidianos... como por ejemplo el movimiento de la luz.

Hasta el final de este interesante capítulo, el autor nos sorprende con un exposición de cómo seria el contacto con seres de mas dimensiones o como seria nuestra vida de ajetreada viviendo en un hogar tridimensional. ¡Dios mio que estrés.



Hasta aquí llegan mis comentarios. Vivimos realmente en un universo plagado de ocultas dimensiones, necesarias para expolicar su comportamiento?.

Vuestro turno para descubrir cosas nuevas en este interesante libro.

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